sábado, 9 de mayo de 2009

Montevideo bohemio

Por necesidad y placer :P hubo que volver a la ciudad de Montevideo, Uruguay.. y esta vez tuve la oportunidad de conocerla y disfrutarla mas a profundidad; como quien vuelve a un lugar conocido.. recorrí de nuevo sus calles con confianza y familiaridad.. edificios históricos con verdes veredas, gente caminando en todas direcciones y una movida cultural siempre interesante. Pequeños bares característicos y bien ambientados, cálidas cafeterías, lindos restaurantes, teatros, parques y kilómetros de rambla junto al mar, nunca decepcionan. Se puede tomar una cafecito o un buen vino, disfrutando de música en vivo en un concierto intimo en alguno de los bares de "Ciudad Vieja", degustar una deliciosa creppe a la luz de las velas, visitar algún barecito alternativo y/o psicodelico, ir a algún "baile" (disco o boliche) y hasta colarse a la peña universitaria de alguna facultad, si que saben divertirse de noche en los mismos patios donde de día se rompen la cabeza presentando examenes y de noche toman hasta olvidar el resultado, sin duda esta hermosa pero modesta (así como sus habitantes debo decir) ciudad, tiene mucho para ofrecer, sobretodo si buscas bien debajo de las banquetas, afiches y vestimenta de las personas. Además de los inmensos tianguis o "ferias" de artesanías, antiguedades, ropa y comida. Sin duda me hacia falta respirar ese aire bohemio que exhalan las calles y lugares de Montevideo; aproveche al máximo cada día, haciendo tour de bares con viejos amigos, metiéndome en problemas con nuevos, jeje (nos gusta vivir la vida peligrosamente, haha), compartiendo también buenas dosis de soledad. Pude asistir a una muestra internacional de cortometrajes, a un concierto de música instrumental, a la reapertura de un bar-cantante, recorrer la rambla casi al punto de la deshidratacion, jeje, bailar cumbia y salsa en una peña universitaria, hacer nuevas amistades y vivir nuevas aventuras que quedan para la posteridad. Esta vez no me fui sin probar los alfajores característicos de la ciudad, tan grandes que cuesta morderlos, riquisimos, así como traerme un poco de grapamiel, una de las bebidas locales mas consumidas, para compartir a mi regreso, a base de uva y miel, muy dulce y rico, así como un poco de buena música, cortesía de un buen amigo y personaje muy singular ;). Aunque fueron pocos días, cada uno estuvo improvisadamente organizado y no pudo haber sido mejor, me encanta la sensacion de estar en un lugar nuevo sin planes ni ataduras (ya que ademas viaje sola), fue una experiencia reconfortante, llena de encuentros y reencuentros de esos que te hacen sonreír; me despedí de mis companieros de hostel tomando un vino explosivo del cual aun conservo algunas gotas en mi vestimenta de aquel día, en que salí corriendo para no perder el colectivo, y finalmente descanse en el viaje de regreso, tomando champagne y mas vino para celebrar esta linda experiencia que me dejo un buen sabor de boca. Montevideo tiene algo que me atrapa y que seguro me hará regresar mas de una vez.

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